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Τό γαρ ταυτον εστιν νοηιν καί το ειναι
Hablar del Ser y el Pensar, es referirnos a la identidad absoluta del pensamiento y del ser mismo en cuanto tal. Este poema del hombrecillo de Elea, Parménides, nos recorre por el maravilloso mundo del filosofar y del aprender en tal vía, a discernir entre lo que es y lo que no es. Para ello es propio observar detenidamente sus primeras líneas en el περί φύσεως donde alegóricamente muestra toda una inspiración, patentizando su cultura. Pero es en sí un gran recorrido donde se muestra ir y venir de figuras que ciertamente construyen su alegoría, pero que denotan contradicción una con la otra, propio ello a mostrarnos el deseo último de su poema, la polémica trayectoria en el saber, y el discernimiento entre lo que es en cuanto tal, y lo que no podemos considerar con existencia, por decirlo de algún modo. Ya en su obra lo manifiesta en el fragmento segundo cuando dice:
Voy a decírtelo ahora mismo, pero pres-
ta atención a mis palabras,
las únicas que se ofrecen al pensamiento
de entre los caminos que reviste la
búsqueda.
Aquella que afirma que el Ser es y el
No-Ser no es, (…) Frag. II 1-3.
Ahora mismo es persuadido, exhortado frente a lo que se va a exponer. Una que el Ser es, y la otra que el No-Ser no es. Hasta los momentos todo está claro, cuando es totalmente fuera de orden, puesto que ello problematiza y dificulta aún más al entendimiento mismo, puesto que todo consiste en descifrar absolutamente este magno problema. No sólo es el Ser y el No-Ser, ahora es en suma, el Ser y el Pensar. No es decir a simple modo, que lo que es, es; y lo que no es, no es. Son en sí Logos, dichos que se mostrarán a lo largo del peregrinar en ese natural ejercicio del conocer. Pero advierte presta atención a mis palabras; y agrega; las únicas que se ofrecen al pensamiento[1], y lo único que se ofrece al νους es la unión del ser con el ser, no del No-Ser con el ser y viceversa o, atrevidamente del No-Ser con el No-Ser; sólo del Ser con el Ser. En tal sentido García Salgado[2] manifiesta la existencia de una exigencia; es decir, hay una identidad entre el Decir, el Pensar y el Ser, puesto que sólo podemos Pensar y Decir lo que Es. Esto que es, es única y absolutamente, el vivir en el Pensar y Decir todo lo referido al Ser, porque, sólo de él, es decir, del Ser, se puede Pensar y Decir. Señalar a García es preciso frente a la citada expresión de Parménides cuando exhorta al hombrecillo que va por tal arduo camino del filosofar a prestar atención a las palabras. Es decir, el Logos toma un particular apogeo frente a esta disyuntiva entre el ser y el pensar. No son, según García el Pensar y el Ser únicamente quienes juegan un protagónico papel; en tal sentido, es el logos, para éste (García) el Decir en suma con el Pensar, juntos sobre lo que Es, es decir, el Ser en tal. Encima, continúa diciendo: Por ello es que la identidad de
Esto manifiesta la total objetividad de una metafísica fundamental de la uniformidad absoluta del ser, su filosofía es una ontología, una identidad tan radical que no sólo se excluyen en las distinciones internas al ser, sino que también se omite la distinción entre el ser y el pensar; ello debido a lo que se exhibe en el fragmento III: … porque el pensar y el ser son una y la misma cosa, como expongo al inicio, identidad absoluta. Asumo dispensa ante tal atrevimiento, pero así le veo a la hora de estudiar a este eleático frente a tal postura exigente para el pensar mismo.
Según Polo, en estudio de Salvador Piá T., es una manifestación de Parménides en la historia de la metafísica, ya que él fue quien estableció las coordenadas fundamentales desde las que se desarrolla la especulación posterior acerca del ser; pensar es escuchar el fundamento esencial del ser, en tanto manifiesto en la palabra que habla[4] “Es una y la misma cosa el pensar y aquello por lo que hay pensamiento[5]”. Es lo mismo, puesto que no se encontrará el pensar sin el ente o sin el ser en el cual está expresado, pues no habrá ni hay nunca fuera del ente, ya que la fatalidad la sujetó ¿podrías acaso encontrar el pensar? Nada hay ni habrá fuera del Ser, ya que el Destino lo encadenó[6]. Esta apreciación de Parménides pasa a juicio por el cual le corresponde de suyas tres alternativas: pensamos lo que es, o pensamos lo que no es, o pensamos lo que es y lo que no es. Se da entonces, una mutua relación de necesidad entre el Ser y el Pensar. Por ello el pensamiento es semejante a una esfera que es imagen de perfección (…) el Ser está terminado por todas partes, semejante a la masa de una esfera bien redondeada (…)[7].
Por ello el conocimiento del hombre se da en relación necesaria con la existencia. Sólo puede conocer el Ser y en tanto pensamiento se exige a sí mismo, como supremo principio de su realidad, no anularse negando lo que afirma, no podemos puesto que sería contradictorio, es decir, actitud de seres bicéfalos que no alcanzan a ver la identidad entre
BIBLIOGRAFÍA
· Parménides – Zenon – Meloso (Escuela de Elea). Fragmentos. Traducción del griego, prólogo y notas por José A. Míguez (1977). Edic. Orbis, S.A. Barcelona- España.
· José Ferrater Mora. (2004) Diccionario de Filosofía K-P. Edit. Ariel Filosofía. Barcelona – España.
· Julián Marías. (1971) Historia de
· Salvador Piá Tarazona. Proyecto Arjé. Revista de Filosofía. Departamento de Filosofía de
[1] Negrillas atribuidas por mi, para resaltar términos que juegan gran importancia en lo estudiado.
[2] De
[3] Op. Cit. Fragmento VI – 1.
[4] Cfr. Proyecto Arjé. Revista de Filosofía. Departamento de Filosofía de
[5] Idem. Frag. VIII - 34. Negrillas no contenidas en el texto utilizado. Atribuidas por el escritor.
[6] Idem. Frag. VIII 36 ss.
[7] Idem Frag. VIII 42 – 43.
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